El avance del dorado en la decoración de interiores ha ido ganando cada vez más terreno, logrando ser uno de los acabados favoritos de los últimos tiempos. Antiguamente era utilizado para decorar los distintos ambientes de palacios y viviendas de la clase alta de la sociedad, pero ya no se trata de un color destinado únicamente a espacios lujosos y opulentos, sino que se ha convertido en uno de los grandes protagonistas dentro de cualquier hogar.
Puede encontrarse también formando parte de cualquier ambiente, ya que no solo se integra a través de muebles, sino mediante pequeños complementos que pueden hallarse hasta en la cocina, e incluso en el baño. Al ser muy versátil el dorado logra fundirse sin inconvenientes con los otros materiales, texturas y acabados principales.
En los siguientes párrafos repasaremos las combinaciones más recomendadas de estas piezas de color oro para que al decidir sumarlas al interiorismo dentro de nuestra casa contemos con toda la información disponible para aplicarlo de forma acertada.
En combinación con el blanco
El color por excelencia que combina a la perfección con las piezas en dorado es el blanco, una gran herramienta en el diseño al poder adaptarse con cualquier otra tonalidad. En el caso de esta mezcla en particular es recomendable seguir la regla cromática del 60-30-10, siendo el color dominante el blanco y el dorado funcionando a modo de acento en el espacio.
Dentro de un ambiente se puede encontrar al color blanco no solo en las paredes, sino también en los muebles de madera laqueada, o en materiales como el mármol y, por supuesto, en los textiles como el lino y el algodón, en alfombras, fundas de sillones, almohadones, al igual que en cortinas.
Estos elementos funcionando como un lienzo, que además ayudan a ampliar visualmente el espacio y a que tengan una mayor luminosidad, en conjunto con las terminaciones metalizadas, le brindarán al lugar un brillo y un aire de sofisticación, y así creará un ambiente elegante muy especial donde habrá un balance en la unidad.
Animarse a los colores rotundos
Si, por el contrario, ya el espacio con el que se cuenta es lo suficientemente grande y luminoso, se puede recurrir al uso del negro para obtener un ambiente lleno de carácter. El contraste que se genera entre este color tan potente y las distintas piezas en dorado es sumamente interesante.
De esta manera, y al igual que con el blanco, el resultado que se logra es fascinante, obteniendo un sitio elegante y en extremo sofisticado. Paredes y tapizados en color negro se fusionan por completo con muebles con acabado en dorado, como una cómoda, mesa y sillas, y si a eso le sumamos la estelaridad de un espejo XL con marco en dorado, el ambiente con toda seguridad va a resplandecer.
Otro de los grandes aliados del dorado en materia textil es el terciopelo. Este género es ideal para combinar con dicho metalizado, por lo que es muy habitual ver piezas de mobiliario auxiliar en dorado en completa armonía con sillones, butacas o sillas tapizadas en terciopelo, en colores con mucha presencia como el azul, verde o rojo oscuro.
Más materiales que juegan a favor
Otros materiales que generan un contraste de gran encanto en combinación con el oro son las maderas robustas, incluso aquellas que cuentan con una terminación rústica, ya que será el dorado el encargado de aportar una cuota de elegancia al conjunto.
Y para una mayor sofisticación es un excelente recurso el conjugar el acabado metalizado con muebles de vidrio o también espejados, y si éste fuera añejado, aún mejor. Sin lugar a dudas esto elevará el nivel del espacio en el que se lo ubique, aportando un toque de glamour y distinción al lugar.
Puede ser una pieza retro o vintage conseguida ya sea en un local de antigüedades o por herencia, como también introducir estos detalles en dorado a través de un elemento más actual al poder producirse mediante un gran número de técnicas sobre madera, metales, resinas y también plásticos.
Incorporar el dorado con los detalles
No es necesario tener que realizar una gran inversión para contar con esta tendencia en nuestro hogar ya que, para no gastar en exceso, es posible incorporar al dorado a través de los complementos decorativos de menor tamaño como marcos de fotos, cuadros o figuras decorativas vintage, por mencionar algunos ejemplos.
En el caso de la cocina, es un ambiente donde es cada vez más frecuente encontrar acabados en dorado en pequeños accesorios como los tiradores de su mobiliario, la grifería, o en la vajilla o cubertería para vestir la mesa de manera elegante al momento de recibir visitas o festejar una ocasión significativa.
Igualmente, aquí también se pueden encontrar alternativas de mayor volumen como en las patas metalizadas de las sillas o de una mesa, e incluso con una lámpara que destile personalidad y se robe todas las miradas al ingresar al ambiente.