Cuando actuamos como anfitriones nuestro objetivo mayor es que nuestros invitados pasen una placentera velada y que se sientan cómodos y a gusto en nuestro refugio.
Y para que esto funcione de manera exitosa, es imprescindible tener en cuenta una cantidad de cuestiones que nos asegurarán que, al exponer nuestro hogar a los ojos de nuestras visitas, el resultado será sumamente positivo, al llevarse un grato recuerdo.
Hall de recepción al detalle
El hall de entrada o recepción es la primera impresión que el invitado tendrá sobre nuestra casa, y muy probablemente lo condicione en cuanto a lo que espera encontrar en el resto de los ambientes.
Al ser la carta de presentación de nuestro hogar al abrir las puertas, es vital que hable bien de nosotros teniendo todo en orden, ubicando en su lugar a cada elemento dispuesto sobre el mueble recibidor. Poder ofrecerle también un lugar para dejar su abrigo es un gran acierto, así como sumar, de ser posible, un jarrón con flores frescas que le darán la bienvenida con su agradable aroma y frescura.
Si reparamos en los detalles en esta pequeña área de nuestra casa, seguramente nuestro invitado se sentirá entusiasmado en lo que verá en el siguiente espacio.
Evitar el polvo
Uno de los indicios más fáciles de detectar de que una casa no cuenta con la limpieza suficiente es la acumulación de polvo. Sobre todo si se cuenta con muebles oscuros, ya que es visiblemente notorio, y por más lindo que sea nuestro mobiliario, el polvo hará que no se pueda lucir apropiadamente.
Si sabemos que vamos a recibir visitas, es esencial pasar un plumero o un trapo a los muebles, sobre todo los del living, donde seguramente se pasará gran parte de la reunión. Así se logrará que nuestros muebles irradien su belleza y estilo. De todas maneras, si se tuviera la constancia de limpiar, solo tomaría muy poco tiempo su mantenimiento.
Lo mismo ocurre con los pisos, si se tiene una rutina frecuente de pasar la aspiradora o barrer para evitar pelusas y suciedades, aunque se reciba a un invitado inesperado no estaremos en apuros. Solo habrá que cerciorarse si existe alguna mancha inoportuna de la que debamos deshacernos antes de abrir la puerta.
Cuidar los olores
Es inevitable entrar a una casa y que nuestro olfato se despierte descubriendo los olores que invaden el hogar. Nuestro invitado va a reparar en detalles intangibles como a qué huele nuestra casa.
Hay casas que poseen un aroma agradable, como podría ser simplemente por encontrarse limpia o por tener velas que desprendan su rico olor en distintos ambientes, mientras que otras pueden oler a humedad por falta de ventilación, o emitir un fuerte olor a comida que no resulte ameno.
Cada casa cuenta con sus propios olores y, como anfitriones, es importante garantizar que el olfato no le juegue una mala pasada a nuestro invitado y que lo influya de manera negativa.
Ventanales limpios
Todos buscamos que nuestros espacios cuenten con el mayor ingreso posible de luz natural, por lo que las ventanas tienen un rol crucial para lograr ese objetivo. Aportan luminosidad y calidez, y acercan a la naturaleza al interior de la casa.
Es probable entonces que nuestros invitados quieran mirar a través de la ventana, sencillamente por curiosidad, por lo que debemos asegurarnos que los vidrios se encuentren limpios, sobre todo después de una lluvia, para que ofrezca una vista clara y nítida del exterior.
Y vale la pena remarcar también que las cortinas de los ventanales deben encontrarse prolijamente abiertas para que la caída y los pliegues de la misma se encuentren de una manera armónica.
Una cocina reluciente
Es muy posible que cuando se ofrezca algo de tomar, o cuando uno se disponga a traer alguna picada o aperitivo, el invitado quiera acompañar a la cocina.
Como en todos los ambientes de la casa, ésta debe lucir ordenada y, sobre todo, limpia, ya que en ella se manipulan los alimentos. No deben quedar platos y otros elementos que hayamos utilizado previamente en la bacha sin lavar, para que se vea impoluta y cuidada. Y también es fundamental que los artefactos de cocina brillen, asegurándonos que no queden vestigios de haberlos usado.
Un baño impecable y con todo lo necesario
Probablemente no sea el primer sitio al que el invitado acuda, pero es casi con seguridad un lugar al que irá de un momento a otro. Es fundamental que este ambiente cuente con todo lo necesario y en condiciones para que, al entrar, tenga una sensación gratificante y no quiera salir corriendo de ahí.
Tener un juego de toallas de mano mullidas y no ásperas debido a su prolongado uso, es uno de los detalles que debemos procurar tener, así como también contar con un dispensador de jabón y repuesto de papel higiénico. Y si a esto le sumamos una vela aromática, para aplacar los posibles malos olores, sin lugar a dudas se sentirá a gusto en ese espacio.
Pero si nuestra casa no contara con un toilette, los invitados deberán utilizar el baño principal, por lo que al ser el ambiente más íntimo de toda la casa se convierte en un fiel reflejo de cómo somos en cuanto al orden y a la limpieza. Es sumamente importante entonces que se encuentre ordenado, con todos los elementos que utilizamos en el baño correctamente ubicados en canastos o muebles, y que el espejo o la mampara se encuentren libres de salpicaduras de agua.
