Ya sea si se trate de un jardín, una terraza o un patio, poder disfrutar del aire libre es siempre una buena idea. Por tal motivo, para que el exterior resulte entonces una invitación a quedarnos un largo tiempo, es clave enfocarnos en generar un ambiente que resulte visualmente agradable y en el que nos sintamos cómodos.
Por supuesto que los muebles tendrán un papel fundamental en lograr esto, pero es esencial ocuparse también de que las paredes se encuentren cuidadas, y no perder de vista que resultan una superficie extensa en la que se pueden obtener los resultados estéticos más satisfactorios. En los siguientes párrafos evaluaremos algunas de las ideas posibles que se pueden llevar a cabo para lograr el exterior de nuestros sueños.
Los azulejos como obras de arte
Y es así, utilizar los azulejos como un recurso elegante y original para vestir una pared, o algunas de ellas, es un gran acierto decorativo. Según el motivo de los azulejos se pueden crear los más diversos diseños, pudiendo aprovechar las guardas también para enmarcar, logrando que estos parezcan una verdadera obra de arte.
Otra alternativa más económica que los azulejos son los revestimientos, que pueden ser también una gran manera de aportar interés a la pared y, en consecuencia, al sector en su totalidad. Existen en el mercado una gran variedad de revestimientos que simulan a la perfección a los azulejos.
La piedra como aliada
La piedra es uno de los grandes materiales naturales que aportan calidez inmediata en un ambiente, y se han convertido en objeto de deseo para cubrir las paredes exteriores, o al menos una de ellas, pero también han ido ganando terreno en el interior, y hoy podemos encontrarlas en alguna pared dentro del hogar.
Son ideales para quienes pretenden generar un espacio rústico, pudiendo elegir entre un abanico muy extenso de colores. Y al igual que los azulejos, se pueden también emplear revestimientos que se asemejan a las piedras naturales, y aun así darle ese aire más campestre a nuestra terraza, patio o jardín.
La gran estrella: la madera
Sin lugar a dudas uno de los materiales naturales más venerados, tanto para el exterior como para el interior de un hogar, es la madera. Sus propiedades tienen la cualidad de lograr ambientes acogedores, gracias a su calidez, y de generarnos la sensación de encontrarnos en un sitio confortable donde querremos pasar el rato.
Se pueden colocar cubriendo una o todas las paredes, y en la superficie en su totalidad o solo la mitad de ella. Cualquiera sea la elección el resultado será un ambiente que generará un alto impacto, al ser un elemento visualmente llamativo en las paredes. De todas maneras, es importante que se le realice algún tipo de protección por los cambios climáticos a los que puede quedar expuesta, ya que si se encuentra totalmente al natural podría sufrir alteraciones.
Sumar verde siempre es una gran idea
Todos estamos de acuerdo con que agregar la cuota de verde que aporta una planta en cualquier ambiente es siempre óptimo para el conjunto en general. Los espacios se sienten más frescos y alegres, y también cálidos y llenos de vida, condiciones muy positivas que cualquiera quisiera sumar a su hogar.
Si se cuenta con espacio, lo más común es introducir de manera estratégica a las plantas al patio, terraza o galería con macetas dispuestas en el piso o encima de una mesa, según el tamaño, pero hay que tener en cuenta que la pared es una gran fuente de oportunidades también.
Armando una composición de plantas colgando de la pared, solas dispuestas en macetas o distribuyéndolas sobre pallets, se podrá componer un jardín vertical por el que se obtendrá un punto focal muy atractivo en el exterior. O si se desea cubrir la pared por completo, se puede recurrir al uso de plantas trepadoras con las que, con el tiempo, crearán un manto verde invadiendo toda la superficie.
Punto a favor para los elementos decorativos
Si en las paredes dentro del hogar nos concentramos en agregar algún elemento, o varios, que sean un fiel reflejo de nuestro carácter y que demuestren nuestros gustos y estilo favorito, las paredes de exterior podrían no ser la excepción. Esta es una manera muy práctica de lograr un ambiente íntimo y personalizado, resultando completamente único y original.
Elegir un objeto de gran tamaño que represente nuestros intereses, o que nos provoque un recuerdo especial por traernos a la memoria un viaje inolvidable, por mencionar un ejemplo, puede ser todo lo que se precisa para decorar una pared exterior. O si se tratara de piezas más pequeñas, similares entre sí, se puede formar un conjunto que llame la atención.
Incorporar funcionalidad
Aprovechar alguna de las paredes para agregar espacio de almacenamiento puede ser una buena solución cuando los metros escasean, porque seamos sinceros, nunca son suficientes los muebles de guardado.
A través de estanterías instaladas en la pared, o apoyando un mueble sobre ella, se podrán tener más al alcance todos los accesorios y utensilios que se puedan precisar por ser de uso habitual. Y ya que serán los que decoren la pared, deberemos asegurarnos de que su diseño sea llamativo y de que aporten belleza al sector.