En nuestro día a día es normal encontrarnos sumergidos en una rutina acelerada y exigente que termina provocando un gran estrés en todos los individuos. Pero para contrarrestar esa sensación de agobio, y que al llegar a nuestra casa logremos liberarnos de todo ese estrés, el diseño con el que hayamos resuelto los distintos ambientes hará la diferencia.
Un interiorismo basado en una decoración zen nos permitirá crear un espacio en donde podamos descansar mejor y donde podremos recargar nuestra energía para encarar nuevamente nuestras obligaciones sin sentirnos abrumados.
Decoración minimalista
Cuando un ambiente se encuentra demasiado cargado de información, es decir, con piezas y objetos por doquier, puede generarnos estrés, o evitar que nos distendamos al llegar a casa. Para que nuestro hogar sea el refugio al que no vemos la hora de llegar para relajarnos es necesario que el ambiente que allí nos espera cuente con una decoración zen.
La particularidad de este tipo de diseño es que son ambientes fundamentalmente despejados, sin tanto ruido visual que puede llegar a abrumarnos. Como regla general, son espacios abiertos donde solo se ubican muebles que respondan a una función y en donde los elementos decorativos se reducen al mínimo. En ellos la luz natural invade todos los rincones, al fluir libremente sin ningún tipo de impedimento.
Un espacio con decoración minimalista tiende a ser un lugar donde el equilibrio y la armonía abundan, por lo que son ideales para invitar a la relajación. Además, al contar solo con los elementos necesarios colabora con el orden, otro factor clave para que nuestro lugar en el mundo inspire calma.
Muebles simples
Siguiendo la misma línea que el punto anterior, el diseño de los muebles elegidos no debe ser muy elaborado, sino que debemos inclinarnos a aquellos muebles de líneas sencillas, que nos garanticen el confort que anhelamos.
Y en la búsqueda de esa simplicidad sería perfecto buscar la complicidad de los materiales de fibras naturales, como el mimbre o el ratán, para sumar en el interiorismo, así como nunca debe faltar el uso de la madera, el material estrella por excelencia, para brindarnos su calidez única.
Es importante tener en cuenta que al recomendar la incorporación solo de los muebles que tienen una finalidad determinada es una buena idea buscar aquellos que cuenten con mucho estilo para que el ambiente pueda resaltar. Porque, aunque se precise un diseño simple para la decoración zen, no significa que no puedan destilar estilo.
Traer el exterior al interior del hogar
El contacto con la naturaleza brinda tranquilidad, por lo que un buen recurso para dejar fuera el estrés es traerla a los distintos ambientes de nuestro hogar. Sumar plantas de interior siempre logra como resultado espacios más alegres donde se respira bienestar.
Y esto no solo se reduce a la incorporación de plantas, que nos ayudan y mucho con la suma de todos sus beneficios, sino evocando a la naturaleza a través de la elección de materiales naturales como mencionamos previamente, como es el caso de la madera, de las fibras vegetales y de la piedra.
Predominio de colores neutros
Influenciados por la naturaleza lo aconsejable es decantarse por colores neutros, en particular en los tonos tierra. Estos son colores que otorgan calidez, creando un ambiente íntimo y relajante muy especial. Además, son colores atemporales por lo que difícilmente cansen visualmente.
Y estos colores se deben tener en cuenta no solo en la pintura de las paredes, sino también en los textiles que acompañen el diseño, que preferentemente deberán ser de tejidos naturales y con un acabado que resulte atractivo al tacto.
De todas maneras, existen otras posibilidades en cuanto al uso del color, ya que también es acertado reemplazar a los tonos tierra con el gris, por supuesto en tonos suaves, e incorporar el blanco.
Garantizar el clima con la iluminación
La luminosidad en un ambiente tiene una gran incidencia en las emociones que manejamos, por lo que es fundamental asegurarse de que el ambiente cuente con la iluminación justa para que sea un espacio zen.
Por un lado, el ingreso de la luz natural es fundamental, por lo que no tiene que haber ni cortinas gruesas, ni muebles de gran tamaño delante de las ventanas, bloqueando que los rayos solares fluyan libremente dentro del ambiente.
Y, por otro lado, en el uso de la iluminación artificial se debe siempre preferir una luz más bien cálida e indirecta, para que se generen ámbitos con mayor intimidad y sean el escenario adecuado para motivar la relajación.
Despertar el sentido del olfato
Para lograr que un ambiente sea considerado zen es crucial que todos nuestros sentidos se encuentren a gusto en el lugar. Que nuestros ojos se deleiten con el diseño, que los materiales utilizados sean agradables al tacto, y también que los aromas que se perciban nos generen placer.
Para tal fin las velas aromáticas son grandes aliadas para invadir con sus fragancias ricas y evocadoras, pero también se pueden utilizar otros recursos, como las propias flores que desprenden sus frescos aromas, jabones en el baño o, incluso, cualquier aromatizador.