Armar una habitación infantil esperando la llegada del bebé es un momento único y especial, y muy emocionante también. Más allá de los complementos decorativos y juguetes, existen piezas de mayor tamaño que, por su funcionalidad y por el bienestar que ofrecen, son imprescindibles para lograr un entorno perfecto para nuestro hijo.

La gran protagonista: la cuna

Entre las piezas necesarias para formar una habitación para un bebé el elemento que más destaca es, sin lugar a dudas, la cuna. Es el sitio donde el bebé pasará la mayor parte del tiempo, sobre todo en los primeros meses, mientras descansa y duerme. Es importante entonces que cumpla con algunas características para poder garantizar el confort, y sobre todo la seguridad, del pequeño.

En cuanto a la seguridad, es clave que cuente con el espacio adecuado entre barrotes, así se evita que el bebé pueda pasar hacia el otro lado o que pueda atascarse su cabeza. Además, no debe contar con ningún borde afilado que pueda provocar un posible accidente y el colchón debe tener la medida de la cuna para que no quede un vacío entre colchón y barrotes donde el niño podría hacerse daño. De todas maneras, es muy frecuente el uso de chichoneras rodeando la cuna para asegurarse que la superficie cercana al niño sea mullida y más contenida.

Los almohadones en esta etapa no son aconsejables y su ropa de cama debe ser suave y ajustable para que el bebé pueda tener el descanso perfecto. Por último, se recomienda utilizar una cuna donde se pueda adaptar la altura del colchón para mayor comodidad del adulto. 

La funcionalidad del cambiador

El cambiador es un mueble creado específicamente para brindar un espacio confortable y seguro para cambiar los pañales y la ropa del bebé. Es sumamente útil por lo que no debería faltar en una habitación de un recién nacido.

Su principal ventaja es que cuenta con una superficie superior suave y mullida donde poder ubicar al bebé mientras se realiza la muda de pañal o ropa, con una altura que permite al adulto mantenerse de pie y así no tener que inclinarse cada vez que se realice esta acción, generando grandes dolores de espalda. Y con la cantidad de cambios que el niño necesitará en tan solo un día no es un detalle menor.

Además, es un mueble que generalmente presenta varios cajones, lo que es ideal para sumar aún más espacio de almacenamiento ya que, si bien el tamaño de la ropa puede ser pequeño, la cantidad con la que cuentan la mayoría de las veces es abundante. Los bebés se ensucian con facilidad, por lo que se debe contar con un número de ropa que responda a dicha demanda.

Mobiliario para mantener el orden

Como en toda habitación, es esencial que haya un ropero o cómoda donde guardar la ropa del bebé y todos los accesorios que precisa. Si bien mencionamos que el cambiador suele contar con cajones, no serán suficientes para contener todos los elementos.

Para poder mantener el orden es fundamental tener suficiente espacio para colgar la ropa, así como estantes y cajones con divisiones, para tener la posibilidad de clasificar los distintos artículos según su rubro. 

En lo posible, hay que destinar parte del espacio para guardar los juguetes ya que, si bien algunos de ellos seguramente serán exhibidos, integrando la decoración de la habitación, habrá muchos más a los que encontrarle lugar. Para el caso de los juguetes se puede disponer de una solución de guardado que resulta estéticamente muy atractiva, como es el uso de canastos o cajas de fibra natural o de tela.

Asiento para el adulto

Incorporar al interiorismo de la habitación un sillón individual hará que el adulto, que pasará una gran cantidad de tiempo entre esas cuatro paredes para atender al bebé, se sienta mucho más a gusto al facilitarle la tarea de alimentarlo y acunarlo.

Una mecedora es otra de las alternativas que resulta una gran aliada para desarrollar dichas obligaciones. Poder dormirlo en tus brazos, amamantarlo o darle la mamadera desde un cómodo sillón o mecedora, hará la experiencia mucho más placentera, tanto para el bebé como para el adulto. 

Además de brindar mayor contención, hará mucho más corta la distancia hacia la cuna una vez dormido, por lo que el riesgo de que despierte será menor, y será también un refugio donde conectarse con el bebé, ya que al estar en su habitación se tendrá más intimidad.  

Otros elementos que suman

Existen otros artículos además de los esenciales que suman, y mucho, en la decoración de una habitación de bebé, como es el caso de una alfombra. Es un elemento decorativo que da una calidez inmediata al lugar, y el día de mañana será un excelente sitio donde el bebé podrá jugar, aunque si este fuera el caso, la recomendación es que sea apta para lavar en el lavarropas, y así poder mantenerla limpia de manera sencilla.

Otra pieza muy útil es una lámpara de noche, de pie o de mesa, más allá de la iluminación básica que pueda tener la habitación. Este recurso es excelente para relajar al niño ya que con su luz tenue puede lograr el clima acertado que ayude a dormirlo. 

Y por último se debe nombrar al móvil, que sirve no solo para tranquilizar al bebé con su dulce melodía, sino que también despierta el interés del más pequeño con sus formas y colores, estimulando su visión.