Andrea Saltzman es pionera en el campo de la industria de la moda en Argentina. Es una de las fundadoras de la carrera de Diseño de Textil e Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires. Y como si fuera poco, es egresada en la misma universidad como arquitecta, docente y autora de ciertos libros que han dado de qué hablar en diferentes campos.
Hay una cualidad de Saltzman que une varias cosas: la indumentaria, la arquitectura y el arte. En varias de sus obras y creaciones, la arquitectura señala el cuerpo, la piel y la metáfora como conceptos imprescindibles dentro de su trabajo diario. “La indumentaria fue un lugar de comunión, y a la vez, un espacio vacío y muy marginal, porque los arquitectos no tenían interés en habitarlo ya que lo veían como si fuera corte y confección”.
Saltzman es docente de la carrera de Diseño de Indumentaria y también en la Maestría de Diseño Interactivo en la UBA. También da clases para la Universidad Politécnica de Madrid, autora de tres libros y creadora de varias exposiciones en distintas salas, museos o espacios públicos. Su primer libro estuvo impulsado por una beca otorgada por el Fondo Nacional de Artes.
Pensamiento proyectual, cuerpo y metáfora
El pensamiento proyectual, inculcado en “La metáfora de la piel”, un libro lanzado por la docente, fue profundizado en una charla que dio en España, en la Universidad Politécnica. La arquitecta planteó la necesidad de “un cambio de mirada” y de “nuevos imaginarios”.
Con respecto al tema de la piel, un eje central en la vida de la diseñadora, sintetizó el tema en breves líneas: “Me interesa la idea de la piel como conexión. Entonces no es que diseño el cuerpo en función de un contexto, diseño esa piel que es la conexión entre el cuerpo y el mundo”. Una conexión que va más allá de la contextura física, sino un nexo mucho más profundo.
El libro y la metáfora señalan el contacto con la materia, un contacto más real y más abarcativo para la diseñadora. Incluso, el tema del cuerpo también es algo esencial para Saltzman, que dijo: “La idea sin cuerpo disocia la mente”. Todos estos conceptos los engloba con el ser social del individuo, un ser que es similar a la vestimenta en cuanto a lo social.
En el libro “El cuerpo diseñado”, la diseñadora resume tres fases: cuerpo, textil y contexto. Sumado a todo lo que dijo acerca de sus teorías sobre el cuerpo, la piel y la vestimenta social, la arquitectura propone tres elementos interrelacionados que se asemejan a “códigos en la vestimenta”. El trabajo de la docente está arraigado a la búsqueda de percepciones y sensaciones.
“Implica un pensamiento poético, por eso es metáfora”, una de las frases más icónicas de la diseñadora, que se respalda en la conexión que anhela lograr con sus clientes y con la sociedad. Un lazo que involucra las emociones y las cargas afectivas por encima del corte y confección de la ropa.
La opinión de Saltzman sobre la ropa
La producción en masa es algo típico de la actualidad, sobre todo en la indumentaria. La docente de la UBA determinó que “la ropa no vale nada” e hizo un paralelismo entre las prendas que pueden conseguirse en las grandes marcas como en los lugares o tiendas más precarias. “Hay toneladas de basura”, sentenció acerca de la ropa.
Andrea siempre resaltó la ropa como un punto de “conexión” entre las personas. Esta diseñadora, especializada en varios campos, conecta el arte, la danza, la arquitectura y la moda en un conjunto de términos y teorías que invitan a mirar la industria desde un lugar más social, profundo y emocional. Un lugar para descubrir a la piel, la metáfora y el cuerpo como nunca antes desarrollado por una diseñadora.
El diferencial implementado por Saltzman radica en su sensibilidad para detallar cada concepto de una manera única, sin dejar de lado la confección de ropa, aunque parece quedar en un segundo plano ante el desarrollo de sus teorías. Los tres libros hechos por ella han relatado cada punto en profundidad y han inspirado a ciertas universidades.
En cuanto a los cambios de paradigma en el diseño, Saltzman aclaró que “si el diseño es una interacción, entonces lo que se está desarrollando es ese borde de encuentros”, y luego agregó que dentro de esos encuentros aparece el “pensar, construir desde el cuerpo, pensar en relaciones y acciones como vestir, portar y pensar la ropa como una entidad viva”.
Todas estas series de características proyectadas por la autora, docente y arquitecta forman parte de una visión del diseño más emocional y con un cúmulo de objetos que engloban los actos positivos de Andrea Saltzman dentro del diseño.
