Valentina Karellas es una diseñadora argentina que vive en Londres hace muchos años. Cuenta con su propia marca homónima y tiene su taller en la capital inglesa, donde ha desarrollado un concepto de moda sostenible que lo cambió por “ético”. ¿Cuál es el diferencial de la diseñadora? Utiliza hilos desechados por grandes fábricas, es orgánica y respeta los procesos de las prendas para no dañar el medioambiente.
Según ha mencionado el sitio web de la marca, desde 2016 (año de fundación de la empresa), han recuperado más de 200.000 kilos de excedente. El diferencial de la marca argentina radicada en Londres se basa en el análisis de todos los detalles, desde el residuo de recursos a controlar y evaluar la emisión de carbono en el sitio web.

¿Cómo influye la marca argentina en el cuidado del planeta?
Hay tres pilares fundamentales que sigue la marca para trabajar en pos de la sostenibilidad y la ética: el reciclado de hilos, la fabricación con una máquina vintage y las entregas por pedido. Mediante estas tres particularidades trabaja la marca, aunque también hay una serie de recomendaciones impulsada por la compañía a través del sitio web que tiene que ver con el tratado de las prendas y el lavado.
El apartado de los hilos quizá es el más importante ya que este enorme reciclaje le permite a la marca trabajar con este recurso. Valentina Karellas utiliza hilo sin excedente que fue desechado por grandes marcas que ya no lo utilizan. En vez de comprar el material, la diseñadora rescata lo desechado por otras fábricas y lo rescata para confeccionar sus prendas.
Karellas cuenta con una máquina vintage de coser para fabricar la mayoría de sus prendas. Durante una entrevista, aseguró que le ofrece “variantes” y muchas “opciones”. Todo pasa y se teje en la máquina que tiene la diseñadora. Y por último, los pedidos de los consumidores. “Empezamos a tejer cuando llega un pedido”, indicaron desde la marca.
La firma argentina en Londres trabaja por pedido con el objetivo de no “desperdiciar recursos” y para que la gente consuma con conciencia. La diseñadora que se especializó en Italia dijo que “el único stock que confeccionan con antelación es muy limitado, para tiendas temporales y ferias de artesanía” y que lo demás se maneja únicamente por pedidos.
¿Y qué pasa con el hilo que no puede tejerse? “Todas las muestras se guardan y se utilizan” afirmó la diseñadora. Justamente, el hilo que no sirve para las prendas se desvía para accesorios, bordados u otras cosas de la compañía. Y en el caso de las muestras incorrectas, vuelven a tejerse en lugar de tirarse. La empresa es clara y concisa y sabe que el concepto de “residuos ceros” es innegociable.
La transparencia también está incluida en la producción regenerativa de Karellas. Las prendas de la marca cuentan con una etiqueta que expone el tiempo de fabricación y la cantidad exacta de energía usada. La marca de ropa londinense también cuenta con talleres de educación para fomentar la conservación de las prendas y la reutilización de productos. El embalaje también es imprescindible ya que está hecho por papel y cartón fabricado en Londres.
¿Cómo se cuidan los tejidos en la empresa?
“Como marca sostenible, lo único que defendemos es el ahorro de energía y agua” indicaron desde la marca, y bajo esta premisa lo hacen desde el ahorro en el lavado. La recomendación desde Karellas es que las prendas de punto no deben lavarse con tanta frecuencia. Otro consejo abarca el lavado a mano con agua para desperdiciar menos el recurso.
Con las prendas a punto, el desafío que plantean en la marca es que las personas la usen 30 veces antes de lavarla, a menos que haya una mancha grotesca o algo inevitable que haya ensuciado toda la prenda.
La recomendación en estos tejidos, al final del día, es para que las prendas no pierdan calidad y puedan ser usadas sin problemas. Valentina Karellas ha implementado una línea de ropa orgánica, sostenible y ética, con hilo excedente que dejan de lado las grandes empresas y bajo el reciclado de grandes recursos para aprovechar.
Más allá de la reducción en las emisiones de carbono y en la contaminación en general, Valentina Karellas aplica un método “ético” que se encarga de cuidar al medioambiente y respetar el consumo y creación en la moda. Durante su etapa formativa, y después de su experiencia en Florencia, Italia, donde hizo una Maestría, se dio cuenta de la realidad de la moda y su excesivo consumo y fabricación.
La firma radicada en Londres, con una producción regenerativa con hilos reciclados y la máquina vintage, ha logrado posicionarse dentro de la moda sostenible, y con clientes que usan las prendas de la diseñadora argentina.
