
La costumbre de tomar baños de sol, por considerarse indispensables para la buena salud, empujó a los diseñadores a desnudar la espalda, en los años cuarenta. Se crearon entonces los modelos de dos piezas, con dimensiones discretas, tanto en el soutien armado como en el slip, que llegaba hasta la cintura. Hasta que, en julio de 1946, poco después de terminada la Segunda Guerra, Louis Réard, presentó la primera colección de bikinis. Esta vez de líneas audaces y dimensiones diminutas, serían la pieza clave de la moda de playa durante toda la segunda mitad del siglo XX. Su nombre se debió al carácter explosivo que, según su creador, tenía la propuesta.
Bikini se llamaba el atolón del Pacífico donde se realizó la primera explosión atómica submarina en 1946. En los medios pacifistas franceses, sin embargo, su denominación fue criticada porque evocaba el horror de la guerra.
Poco después, en los cincuenta, Rudi Gernreich, siguiendo la tendencia inventó el monokini, que constaba de un slip, sinsoutien gorge, con breteles amanera de tiradores que sostenían el slip. Esta moda no tuvo mucho éxito, pero inauguró la costumbre del topless en Europa. En los años sesenta, dicho slip se haría similar al de las vedettes de teatro de music ball. Solamente un triángulo, sostenido por apenas una cinta casi invisible en la parte posterior. Tal modelo se llamó string. Otro look de playa, la tanga, lanzada por los brasileños con ese nombre, siguió al string. Tiene forma anatómica que destaca las caderas, justo hasta la
cintura. Tanto los modelos de string como de tanga influenciaron fuertemente la moda de lencería, hasta el día de hoy.
La aparición del tejido elastizado de lycra fue decisiva para innovar la ropa de playa, de lingerie y para los deportes, pues dominó colecciones de líneas específicas, abarcando hacia fines del siglo XX casi toda la gama de ropa interior, exterior y de playa, y priorizó las bondades de la fibra elastano en todo el mundo.
