La tendencia de mezclar estilos en la decoración ha generado que todos, o la gran mayoría, deseemos en nuestro hogar una pieza vintage que destaque y que sirva de equilibrio con la modernidad del resto del espacio.
Es así que, si no contamos con un mobiliario u objeto heredado, debamos ir en su búsqueda a una feria de antigüedades o a un mercado de pulgas. Por supuesto existe también la venta online de piezas usadas, pero hay quienes no tienen en claro lo que están buscando hasta que se topan con él, por lo que es mejor dar un paseo por aquellas tiendas.
Claves para disfrutar del paseo
Existen ciertas pautas, o podríamos llamarlos consejos, a seguir para que el paseo de compras en un mercado de pulgas o de antigüedades sea una experiencia placentera y con resultado exitoso.
- Tomar medidas con anticipación: es fundamental que antes de ir al mercado se hayan tomado las medidas del lugar disponible para el mueble específico que estamos buscando. De no hacerlo, es posible que al llegar a casa se tenga el gran disgusto de ver que la pieza no cabe en el espacio o que queda perdida por tener un tamaño menor al que corresponde para ese lugar. Este primer paso es de suma importancia para poder ir descartando piezas que, aunque nos hayan enamorado, no se ajustan a lo que necesitamos. Como consejo es de mucha utilidad llevar tu propia cinta métrica para no tener que estar solicitando el trabajo al vendedor.
- Tener un presupuesto: hacer una investigación previa para contar con algo de información sobre lo que andamos a la caza nos ayudará a estar más preparados para saber cuánto es lo que estamos dispuestos a gastar. Si mientras paseamos tenemos un número al que ceñirnos esto nos permitirá mantener el rumbo y no desviarnos.
Pero, aunque suene contradictorio, si bien es correcto ir con un objetivo para ajustarse a él, es importante tener la mente abierta para permitir encandilarte con alguna pieza o elemento que ni sabías que existía. Porque estos sitios tienen como encanto también que brindan la posibilidad de encontrar grandes hallazgos inesperados.
- Llegar temprano: es clave llegar temprano ya que de esa manera habrá mayor variedad y se podrá mejorar la oportunidad de encontrar la pieza ideal que estamos buscando. Sobre todo, si se refieren a piezas que son muy populares por estar de moda, lo que significa que muy probablemente se venderán rápido.
De todas maneras, en ferias de antigüedades que se ubican alrededor de una plaza, por ejemplo, tal vez lo más conveniente sea llegar hacia el final del día, ya que el vendedor seguramente esté con mayor predisposición de aceptar un importante descuento para asegurarse de no volver con la mercadería a su hogar.
- No precipitarnos: antes de decidir comprar una antigüedad es aconsejable hacer un recorrido por el lugar para no quedarnos solo con los artículos del primer stand y poder comparar objetos y precios. Pero, si tuvieras la seguridad de querer una pieza por lo mucho que te gusta entonces es mejor asegurar la compra para evitar que al volver al sitio sea otro cliente el que se la haya llevado.
- Que la compañía comparta nuestro interés: si vamos acompañados por nuestra pareja, familiar o amigo, quien no disfruta de esta búsqueda de tesoros si no que nos apoya más por obligación, seguramente terminemos sintiéndonos incómodos por el malestar del otro por encontrarse allí y hagamos el recorrido en menos tiempo que el que le habríamos dedicado de estar paseando solos. Perder el entusiasmo y encontrarnos desanimados muy probablemente tenga como resultado que volveremos a nuestro hogar con las manos vacías.
- Revisar que se encuentre en buen estado: antes de realizar una compra se debe inspeccionar el mueble en cuestión para asegurarnos de que se encuentre en un buen estado de conservación. Revisarlo por afuera, por detrás y también por dentro, fijarnos de que no falte ninguna pieza o herraje, que los cajones abren y cierren sin dificultad y que las patas se encuentren firmes y parejas. Y si algo de esto fallara entonces se podría, tal vez, negociar con el vendedor un descuento en el precio fijado.
- Saber negociar un descuento: del punto anterior se desprende el tema de saber cómo pelear por un descuento. En estos sitios de venta el regateo es algo común que forma parte del negocio, siempre acercándonos al vendedor con respeto, por supuesto. Por ejemplo, si quisiéramos comprar varios artículos en un mismo stand podríamos amablemente preguntarle al vendedor si estaría dispuesto a hacer un descuento por la venta del conjunto.
- Conocer su historia: una pieza cobra más valor cuando conocemos la historia que hay detrás de ella. Conocer los detalles de su vida anterior, sus antiguos propietarios o dónde fue creada nos hace comprender todavía más su importancia, por lo que, si fuera posible, y el vendedor conoce y está dispuesto a contarla, tiene un atractivo aún mayor.
Comprar una pieza vintage de calidad siempre es un acierto, y no solo por el beneficio económico que suele significar, sino que es una inversión que se puede disfrutar diariamente. Contar con una antigüedad le da un toque personal y único al ambiente y marca la esencia de quienes habitan el hogar.
