Quien cuenta con una terraza en su hogar cuenta con un tesoro, ya que es un espacio sumamente agradable en el que poder pasar el tiempo y tomar contacto con el exterior, en el que poder relajarse y gozar mientras pasan las horas, sobre todo en los meses en los que la temperatura va en aumento.
Pero en los meses más fríos, donde el viento, las temperaturas bajas y la lluvia son moneda corriente, se vuelve un lugar desaprovechado, un espacio que prácticamente no se utiliza ya que, por supuesto, se busca el calor del interior del hogar para refugiarnos de la dureza de las condiciones climáticas.
En referencia a esto último existen varias soluciones para lograr el cierre de la terraza, permitiendo así que se pueda disfrutar durante todo el año. Para poder tomar una decisión acertada sobre el tipo de cerramiento que se va a colocar es fundamental tener claridad sobre algunos aspectos que harán que nos inclinemos hacia una u otra alternativa, recordando que una de las prioridades será el poder hacerlo sin tener que encarar una obra.
Primeras consideraciones
El primero de ellos será las dimensiones y la forma de la terraza, ya que no será lo mismo resolver una terraza con terminación circular, rectangular o triangular, como tampoco será lo mismo si es una terraza que ya cuenta con pilares o algún otro elemento que pueda servir para fijar el cerramiento.
Pensar en el uso que se le dará es otro de los puntos a destacar, ya que en base a su finalidad tal vez nos interese mantener un poco del paso de aire o, por el contrario, querer cerrarlo herméticamente. Un espacio donde realizar reuniones con amigos, donde hacer deporte o una zona de lectura son algunos de los posibles objetivos de este espacio tan deseado.
Esto nos llevará a definir los materiales con los que se resolverá el aislamiento, ya que habrá que decidir entre unos materiales transparentes o más opacos, los cuales dejarán fluir o bloquearán el ingreso de la luz natural. Y de elegir uno que evite su paso libremente más adelante se deberá instalar una iluminación óptima que compense dicha obstrucción.
Con paneles de vidrio
Esta es una de las opciones de cerramiento más populares de estos últimos años y sobran los motivos. En primer lugar, es una manera de mantener completamente abierta la vista panorámica hacia el exterior, ya que el sistema metálico que posee es apenas imperceptible, y solo para permitir su anclaje. Sus paneles se deslizan con suavidad tanto para abrir como para cerrar la terraza, según se precise.
Es perfecto también para reducir los sonidos que pudieran venir de los vecinos, contando también con el beneficio de obtener una mayor privacidad. Y así como protege de los ruidos, este sistema mejorará claramente la eficiencia energética del hogar, notando un importante ahorro de energía, al no tener pérdidas de calor o frío, dependiendo de la temporada.
Y frente a las dudas que pudieran tener algunos en cuanto a la seguridad, es bueno aclarar que el vidrio templado utilizado para dichos paneles cuenta con un espesor de alta calidad que difícilmente se logre romper.
Con toldos enrollables
Una opción más económica a los paneles de vidrio, pero también muy práctica, es la de cerrar la terraza con un toldo enrollable de lona, ya sea transparente o con algún otro tipo de tela de color que nos mantenga fuera de la vista de los curiosos vecinos.
Una de sus principales ventajas es que, al igual que el caso anterior, se pueden plegar cuando su uso no sea necesario, prácticamente desapareciendo del radar visual. De todas maneras, la lona que se utiliza suele ser aquella que es altamente resistente a las injerencias del clima, evitando fisuras y amarillamiento manteniendo, en consecuencia, una muy buena visibilidad hacia el exterior.
El inconveniente que se puede presentar en este caso es que, por tratarse de un rollo que contará con un toldo de gran peso para cargar, no se recomienda que sea muy largo, por lo que es muy probable que una terraza precise de más de uno para cubrir la superficie vertical completa. Las uniones entonces que se generarán entre un rollo y otro no podrán evitar filtraciones del viento y de la temperatura exterior, provocando que no sea una herramienta tan hermética como la primera.
Conclusión
En los párrafos anteriores mencionamos las posibles soluciones de cerramiento para poder aprovechar de una terraza aún en invierno, pero existen otros recursos como es la pérgola, cuando se busca la protección del sol, o incluso la vegetación, cuando se precisa ganar intimidad.
En conclusión, tomar la decisión de cerrar una terraza es asegurarnos el ganar más espacio útil dentro de nuestra casa, sin importar el clima al que nos enfrentemos. El poder ampliar el espacio habitable es un valor no menor para tener en cuenta ya que poder contar con más metros donde realizar una determinada actividad será siempre bienvenido.
Es, además, una manera de marcar cuál es el estilo de diseño que mejor te representa, al suponer que la elección de cerramiento se ajustará perfectamente a la estética elegida para el resto del hogar, manteniendo una coherencia en todo el espacio.
