El wabi-sabi se relaciona con la aceptación del paso del tiempo y, en decoración e interiorismo, con descubrir el encanto de lo natural, para lograr un espacio equilibrado y modesto, pero al mismo tiempo sofisticado.
De origen japonés, es un estilo que se basa en encontrar la belleza en las imperfecciones, donde se rescata lo artesanal, lo hecho a mano, y donde se aplican tres nociones tomadas de la naturaleza donde nada es perfecto, nada es completo y nada dura en el tiempo.
Crea espacios austeros que se basan en el menos es más, pero garantizando la calidez de los ambientes al inclinarse por elementos que provienen de la naturaleza, tanto para los materiales como para los colores. Y con elementos de formas orgánicas y rústicos que buscan una decoración ligada con la naturaleza, relajada y sencilla.
La belleza de lo imperfecto
El estilo wabi-sabi tiene como objetivo principal el encontrar el encanto, a pesar de los defectos, ya que se trata de aceptar las huellas que el tiempo va dejando a su paso.
Encuentra un gran atractivo en las arrugas o pliegues de los textiles, en las grietas de las paredes, y en las marcas y óxidos que pudieran presentar los muebles o piezas decorativas. Todos ellos tienen un valor tal que hacen que estos materiales y objetos sean únicos y, por lo tanto, que no existan dos iguales, es decir, irrepetibles.
Es por esto también que un mueble heredado o vintage funciona a la perfección en un entorno wabi-sabi, ya que al encontrarse desgastado o con algunas marcas que demuestran su pasado será un elemento original y auténtico que no podrá igualarse en los muebles nuevos, hechos en serie.
Uso de materiales
Una de las características más distintivas del estilo wabi-sabi es utilizar los materiales naturales como principal recurso, y aún mejor si se encuentran sin tratamiento.
La madera es la gran protagonista en un ambiente que sigue esta tendencia, sobre todo si se encuentra en su estado más puro. Puede verse en paredes, techos y pisos, además de encontrarse en el mobiliario y en los objetos decorativos, donde se respeta su forma original.
Otros materiales como el bambú, la piedra, el hormigón, la cerámica y el barro acompañan acertadamente al material estrella. Y junto con las telas orgánicas como el algodón y la lana, y las fibras naturales, como el yute o el lino, completan el diseño wabi-sabi.
Predominio de colores
En la búsqueda de esa naturalidad los colores a los que se recurren son aquellos que evocan a la tierra, como la paleta de terrosos, beige, gris y arena. El blanco y el negro también se utilizan en los rincones de un hogar con estilo wabi-sabi, pero no se amplía más allá de este abanico antes mencionado.
Al utilizar materiales naturales se debe respetar el color de origen del elemento, y no modificar su identidad.
Los colores deben ayudar a generar sensaciones gratificantes como podrían ser tranquilidad y paz, por lo que la elección de los colores que acompañen en una decoración de este estilo es sumamente importante para acertar en el impacto que se desea lograr.
Influencia minimalista
Puede decirse que tiene ciertas reminiscencias del estilo minimalista ya que es un estilo que busca la simplicidad, donde se evitan los excesos, y donde solo se añade lo que ayude a alcanzar la felicidad que otorga esa sencillez.
En consecuencia, habrá pocos elementos y muy bien pensados, pero, lejos del estilo minimalista que puede resultar algo frío, en este estilo los espacios se percibirán cálidos y acogedores, gracias al empleo de los materiales naturales, y al uso de colores cercanos a la tierra.
Este estilo tan austero contará con unas pocas piezas que se presentan para el uso cotidiano, como cuencos, platos o tazas, y también vasijas donde colocar plantas o flores, para traer la naturaleza al interior del hogar.
Paredes sin vestir
Las paredes se encuentran generalmente sin adornos, desnudas, destacando la textura rugosa de las mismas al contar con un acabado imperfecto. En ellas resaltan las grietas, vetas, y demás defectos que marcan sus años de vida, convirtiéndose en una pieza de arte por sí mismas.
En el estilo wabi-sabi no se verán prácticamente cuadros colgados en la pared, menos aún si son coloridos, aunque si es posible ver telas, lienzos o piezas de arte que presenten texturas, enriqueciendo de esta manera al diseño del conjunto.
Iluminación clave
En todo ambiente que se jacte de seguir los atributos de la filosofía wabi-sabi siempre debe haber luz cálida y tenue, evitando los deslumbramientos y las luces directas.
Las herramientas más utilizadas para iluminar un espacio serán con luz indirecta, como lámparas de mesa, o pantallas que cuelguen del techo, pero donde no se vea la fuente de luz, por lo que se deberá ocultar el foco.
Y, por supuesto, el ingreso de la luz proveniente del exterior, es otro de los recursos posibles para iluminar un espacio wabi-sabi. En este caso, los rayos de sol podrán ser suavizados gracias al uso de cortinas con telas ligeras y naturales, creando un juego de luces y sombras muy interesante.
