Anteriormente detallamos en un listado los estilos más reconocidos en el mundo de la decoración con sus principales características. Veamos algunos estilos más para sumar mayor conocimiento y lograr reconocerlos.
Clásico: el sello de este estilo es la decoración abundante, recargada de piezas, de telas y otros complementos. Es el opuesto al minimalismo ya que presenta elementos por doquier. Es atemporal, por lo que puede ir acompañando todas las etapas de nuestra vida, aportando elegancia y calidez a nuestros ambientes. Se encuentra inspirado en estilos de época como Luis XV o María Antonieta. Vinculado al lujo, es el diseño con muebles antiguos, de grandes dimensiones, de madera de roble o caoba y con patas torneadas y ebanistería. Son características sus paredes con molduras, las lámparas de araña, los grandes espejos, los candelabros de brazos en metal o bronce, sus gruesas y pesadas cortinas y sedas y terciopelos en los tejidos. Los colores neutros son la base para poder luego añadir grises azulados, verdes o amarillos.
Shabby Chic: su inspiración son las grandes casas de campo inglesas. El color base es el blanco, sobre todo en los muebles, pero luego se combina con los colores pasteles para darle ese toque femenino y dulce que lo caracteriza. Como su nombre lo indica, se busca la fusión de los muebles desgastados por el paso del tiempo con aquellos más modernos para darle un toque sofisticado. Las flores son un gran recurso también en este estilo, ya sean naturales, en ramos colocadas en jarrones o en empapelados, tapicería, almohadones o alfombras. El estampado liberty, con pequeñas flores, es símbolo de este estilo. Los materiales utilizados son la madera y el hierro forjado, en blanco o envejecido.
Contemporáneo: su nombre lo define, es un estilo actual, muchas veces relacionado con el minimalismo ya que, si bien busca tener muebles según su funcionalidad, no se trata de tener menos mobiliario, si no que tengan una razón de ser. Por lo que habrá más muebles convirtiendo el espacio en un ambiente acogedor. De líneas simples y rectas. Sus colores son el blanco y el negro, siendo este último tendencia en estos años, y funcionan como base para contrastar con colores llamativos como el naranja, verde lima, neón o aqua. No suele encontrarse estampas en sus cortinas, alfombras y almohadones.
Boho: este estilo se caracteriza por no tener reglas, se pueden mezclar diferentes estilos según el mobiliario o demás complementos de los que dispongamos. Su origen se centra en París, en el siglo XIX, donde artistas, intelectuales y escritores tomaron como referencia el estilo de los gitanos nómades que provenían de la región de Bohemia, al este de Europa. Si bien no existen pautas para el Boho o Bohemio hay algunas características que lo engloban como tal. Se utilizan tonos vibrantes en los elementos decorativos que contrastan con la base de los colores neutros en las paredes. La combinación de tramas y texturas y la incorporación de plantas a los ambientes funcionan muy bien para terminar de darle el toque Boho. Igualmente es necesario lograr una composición para darle un sentido al lugar. Este es un estilo completamente personal, ya que todo lo exhibido habla de la historia de quien habita la casa.
Mid Century: su definición es la sencillez, poco adorno en el mobiliario y demás complementos. Posee líneas rectas y muebles con formas geométricas, que también encontramos en estampados para los textiles, normalmente en formatos grandes. En este estilo es sumamente importante la incorporación de la madera, por su necesidad de acercarse a la naturaleza. En ese sentido, el uso de las plantas en casi todos los ambientes también es un must. Tiene influencia del estilo industrial por el uso del metal y las estructuras al descubierto como vigas y ladrillo a la vista. Las lámparas de este estilo, realizadas en metal, son emblemáticas y muy requeridas hoy en día. Lo mismo ocurre con sus sillas de diseño, de aire retro.
Kitsch: este es un estilo que para varios puede resultar caótico porque se basa en los excesos. Así como decimos en el minimalismo que “menos es más”, la consigna en este estilo es “más es más”. Su abundancia de elementos decorativos, la combinación de los colores sin que tengan una armonía en la composición, y la mezcla de texturas de cualquier tipo colocan a este estilo muchas veces como de mal gusto. Su paleta de colores son el rosa chicle, el azul, distintos tonos de verde, el dorado y el rojo. Está ligado a los nuevos ricos de la burguesía alemana de Munich en la segunda mitad del siglo XIX, quienes anhelando alcanzar el estatus de la elite comenzaron a copiar hábitos de la aristocracia y a utilizar imitaciones baratas de objetos artísticos. Busca impresionar con los detalles, cuanto más extravagantes mejor. Es un estilo bastante nuevo y esa exageración lo convierte en un estilo para unos pocos.
Con este nuevo listado ya estás en posición de saber cuál o cuáles son los estilos que más te identifican y así poder dar vida a tus espacios logrando un ambiente estéticamente más agradable a tu vista.
