Kenzo Takada llegó a Paris en 1965 y se convirtió, en 1970, en uno de los más originales estilistas. Su primer desfile ofreció la variante más colorida y alegre gracias a la sabia mezcla de etnias de Oriente y Occidente que supo imprimir a su ropa, más su espíritu libre y un talentoso manejo del color.

Su primera boutique, ambientada en el espíritu de la pintura del Douanier Rousseau, se llamó Jungle Jap, y desde allí impuso su célebre estilo de campesino sofisticado, con grandes dosis de refinamiento e imaginación. Allí comenzó la prémiere de su imperio, conocido en el mundo entero. 

Los géneros con grandes flores impresas y la yuxtaposición de estampados florales con géneros escoceses y rayados fueron su imagen de marca, junto con una paleta de colores de gran riqueza.

Sonia Rykiel, que en 1968 abrió su boutique de ropa tejida en París, fundó su fama en 1974, cuando lanzó su colección de ropa de malla que sugería el cuerpo y ostentaba una particularidad: las costuras a l’envers en los pulóveres, ajustados al cuerpo, ultrafemeninos. El estilo de Rykiel se consolidó con su ropa souple, en tonos sombríos y profundos (negro y azul, básicamente), la aplicación de brillos de strass, pequeños gorros tejidos al crochet y echarpes largos que lograban el efecto de boa. Los conjuntos de pantalón amplio y cárdigans hicieron furor en los Estados Unidos y se reprodujeron con ligeras variantes, dentro de la simplicidad. Una etiqueta fundada sobre el espíritu lúdico y desprejuiciado, más que sobre el carácter suntuoso. Sus primeras telas provenían del popular mercado Saint Pierre de París, donde todavía se puede comprar las mejores telas por metro, y la introducción de las formas básicas de las vestimentas orientales completaron el estilo Kenzo. Sus colecciones siempre estuvieron inspiradas en el folclore del mundo, debido a su pasión por los viajes y su habilidad para unir los estilos de Oriente y Occidente. Otra innovación de Kenzo fue introducir el uso del algodón puro en su ropa, durante todo el año, incluso en invierno. 

Pablo & Delia

Marca inglesa de dos jóvenes artistas argentinos creada en 1970en Londres. La editora de moda del Vogue inglés, Grace Coddington, los invitó a crear una imagen de tapa sobre un ícono de la época: Jean Shrimpton, ejemplar que los lanzó a la fama. Los ingleses captaron en ellos una interesante extensión del lenguaje plástico de la moda, y se convirtieron en los diseñadores más respetados por su creatividad fuera de todo estilo preconcebido.

Pablo y Delia se inspiraron en la naturaleza, tan importante en Inglaterra, la literatura victoriana y el arte. Sus colecciones estaban llenas de humor e ironía. Otra estética favorita y convertida en imagen de marca de P&D fue la que invocó la atmósfera de Lewis Carroll, como también las pinturas de Whistler, Goya y Gainsborough, entre otros. Tanto en Londres como en París mostraron su ropa en desfiles concebidos como espectáculos, mezclando maniquís famosas con bailarinas o artistas talentosos, anticipándose a nuestros días.

De 1975 a 1980, la etiqueta se produjo en París por el Grupo de Creadores e Industriales, iniciado por Didier Grumbach y Andrée Putman. En Think Sharp-su última colección bajo la marca P&D-fueron pioneros de una línea minimalista al presentar ropa de algodón blanco, negro y rosa con cortes precisos, estrictos y abstractos; ruedos en scallop y la clásica mezcla de su marca lo masculino y lo femenino, lo estricto y lo romántico.

Tricot: Rykiel y Missoni

En Milán surgió otra reina del tricot. Era Rosita Missoni, quien junto a su esposo Ottavio llevaba su etiqueta desde los años cincuenta. En los setenta, la marca fue aplaudida por la sutileza de la trama, la suavidad del material y especialmente por la genialidad en el manejo del color y el diseño del tejido. Los rayados arco iris se veían en insólitos vestidos logrados con panneaux, sueltos como si fueran foulards o ponchos, aun para vestidos de noche. Los básicos de Missoni conservaban la calidad artesanal nunca traicionada, y sus pulóveres eran pequeñas obras de arte.