Lagerfeld

Luego de sus trabajos para Fendi y para Chloé, hacia fines de los setenta y comienzos de los ochenta, el llamado “káiser de la moda de los ochenta”, Karl Lagerfeld, fue convocado en 1982 para el gran desafío. Se trataba de actualizar y vender la imagen del gran mito del siglo XX: Chanel.

Nadie pensó entonces que el costurero alemán habría de deconstruir a tal punto el estilo de denim de algodón, propia del jeanswear. Las faldas que llegaban justo debajo de la rodilla colecciones Chanel con Lagerfeld oscilaron entre los muslos y los tobillos, según el modelo. De igual modo, los accesorios clásicos de Mademoiselle fueron transformados por Lagerfeld, quien definió los nuevos sobredimensionando las famosas perlas y haciéndolas casi tan grandes como pelotas de golf, en cinturones con cadenas pesadas y ostentosas, como las de un cantante de rap, según dijo.

Muchos le reprocharon el haber vulgarizado el estilo, pero los accionistas de la etiqueta se roben noire realizada por Lagerfeld en 1987 tenía botones dorados en sintieron aliviados. Las ventas habian subido considerablemente. Para él, la moda seguía actuando pecados de mal gusto que la propia Chanel hubiera forma de sofá o de torta de frutillas, eran más dignos del como un disparador de cambio. Incluso se animó a cometer detestado, o se hubiera reído de ellos. Algunos sombreros, en llamativo, realizado en satén rojo con bordados de oro, recordaba lo imaginario de Schiaparelli, inspirada por Dalí. La versión de la petite trompe l’oeil, mientras que un traje de noche escandaloso por lo que la propia Mademoiselle dijo en cierta ocasión para afirmar su “Hacer un vestido Scherezade es fácil. Un vestidito simnple, eso es lo difícil”.

Jean Paul Gaultier

Según Gaultier, cada época tiene sus ídolos convertidos en víctimas de la moda. Madonna fue su mejor vidriera y el portavoz que rompió con los tabúes de la moda burguesa. Para el modisto francés, la seducción debe correr parejo con la subversión. En base a esa certidumbre, Jean Paul Gaultier fue la gran vedette de los años ochenta. Sus mayores transgresiones fueron la falda para los hombres y el corpiño cónico que Madonna lució con tanto éxito en el Blonde Ambition Tour, ampliando ese toque sado-maso de la gira y reemplazando los soutiens blancos y las medias de red que la diva lucía.

En 1985, el juego de los géneros hombre mujer dio lugar a las faldas para hombre, en colecciones como “Joli Monsieur”. Su creador decía: “Los papeles sexuales son nada más que un juego. Las jovencitas saben que vestirse como una puta no significa nada en el plano moral, y que las verdaderas prostitutas pueden ser, algunas, mujercitas vestidas con un tailleur Chanel”.

Algunos años antes, en 1982-1983, Gaultier había triunfado primeros vestidos con corset. el guilt escocés que lució en los medios) y la versatilidad, unidos a con una colección que evocaba la época del existencialismo, pero apelando a la inspiración dadaísta. Allí aparecieron los famosos conjuntos de camiseta. El suceso de imagen se debe al Humor (como lo demuestra su rayada típicamente francesa con un gran conocimiento de las técnicas y la historia del vestido. 

De todos los modistos que adoptaron formas de provocación en la moda de los últimos años del siglo XX, Gaultier fue quien las practicó con mayor eficacia, mezclando épocas, estilos y usando “clichés “para reinterpretar el guardarropa femenino y masculino con ironía y humor. Las provocaciones de Gaultier están a la par de las de Vivienne Westwood, aunque la ropa de la inglesa fuese más difícil de llevar. Y mucho más violenta y agresiva.