Lucía Chain es una diseñadora de moda que apunta 100% a la ropa sostenible, aunque sabe que debe acoplarse a las condiciones de la realidad y que no todo el proceso puede ser ecológico. Desde que se asoció con su compañera y a los años se separó, la diseñadora argentina fue seleccionada para enseñar sus colecciones en pasarelas de Milán, Holanda y países europeos apegados a la industria.
Si hay algo que tiene claro Chain es que la ropa es biodegradable, es decir que puede volver a ser empleada en la tierra sin contaminación de por medio ni sustancias tóxicas. Y justamente, desde que Lucía incursionó en este camino, primero con el Semillero UBA y luego con una catarata de desfiles de su ropa en Argentina y otros países, es que la sostenibilidad es algo infaltable en su trabajo.

Lucía Chain es graduada de la Universidad de Buenos Aires, donde hizo la carrera de Diseño de Indumentaria. El Semillero UBA es la prueba que tienen los estudiantes del último año de la carrera para demostrar sus conocimientos mediante un concurso. Desde que ganó el concurso, además de algunas presencias en la “Buenos Aires Fashion Week”, experimentó con su ropa en más de diez países y fue nominada como un “talento verde” por Vogue Italia y Vogue Talents en 2018.
¿Qué significa ser un talento verde en la moda?
Son aquellos diseñadores que emplean la sostenibilidad en sus prácticas. Utilizan recursos más amigables con el medioambiente, minimizan la contaminación al máximo y apelan al reciclado para aprovechar y maximizar la cantidad de recursos. Chain, años atrás, señaló que el algodón que usa es “nacional” debido a que no “contiene tantos procesos químicos” y los “pesticidas son mínimos”.
Chain también sabe jugar con las prendas. La diseñadora entiende que la ropa reciclada, en algunos aspectos, puede ser menos duradera. Es por ello que manifestó hace un tiempo que su ropa es “durable” y aclaró que las prendas “ deben ser cuidadas y tratadas con amor”. Estas últimas frases aparecen en las etiquetas de las colecciones impulsadas por ella.
En un lugar más emotivo, Chain afirmó que no es artista, ni tampoco trata de imitar ese rol en su ropa, pero que se divierte “sacando la moda del lugar frívolo” y la pone en un lugar “más emotivo”, como a ella la inspira. Tal es así que una de sus colecciones lanzadas en 2018 estuvo apuntada hacia su abuelo.
El legado de la familia en su estilo de ropa
La familia cumple un rol destacado para Chain, y al momento de la introducción de su marca en el mercado, selló sus valores con el estilo de la ropa a vender. Durante una entrevista con Vogue, Lucía comentó que sus padres, involucrados en la industria agropecuaria y biológica, fueron el determinante para un estilo de ropa sustentable y con la mira en el cuidado del medioambiente y los recursos naturales de la Tierra.
Esta movida familiar la impulsó a usar “tintes naturales”. Chain fomenta los recursos nacionales y naturales, que provienen de los campos de su papá o desde las comidas en la cocina de su mamá, como las cáscaras de la cebolla. La ganadora del concurso Semillero UBA comentó que durante sus últimos años descubrió muchas cosas que luego utilizó en sus colecciones.
Para todos
Una entrevista de la argentina con La Nación reveló que usa tinturas provenientes de la remolacha o la yerba para teñir la ropa. En la misma charla, la diseñadora expresó que la mayoría de sus clientes “son internacionales” y que al momento de la fabricación de su ropa, no se basa en un estilo de cuerpo, sino más bien que “sea para todos” bajo un estilo de vida.
Lucía Chian diseña ropa para hombres y mujeres. Otros ejemplos innovadores son los botones de las camisas, hechos con descartes de madera. Chain, en su entrevista con Vogue, aclaró que solo trabaja con pedidos para fomentar la biodegradabilidad de la ropa, sin la base de un estereotipo y más universal.
La diseñadora de moda explicó que sus colecciones de ropa son “atemporales” y cuenta con una estrategia apuntada a la variedad de líneas dentro de las colecciones, además de tener una línea de básicos con precios más accesibles. Dentro de sus líneas, además de que introduce a la industria nacional, rechaza la explotación animal para la fabricación de ropa. En su pasado trabajó con lana, pero dijo que ahora “no quiere hacerlo más”.
La moldería funcional también reluce en el negocio de Chain, que hace la ropa a mano con el objetivo de sacarle el jugo a todos los recursos y no desperdiciar nada. Con estas premisas, la ganadora del concurso hace más de diez años enseñó varias de sus colecciones alrededor del mundo, y hoy es un ejemplo a seguir, no como un talento verde, sino como una realidad.
